Adaptation Remains Neglected, Secretary-General Reiterates, in Message to High-Level Dialogue of Americas on Climate Action
Following are UN Secretary-General António Guterres’ remarks to the High‑Level Dialogue of the Americas on Climate Action, held today:
Me complace unirme a tan distinguida compañía en esta importante reunión. Al reunir a las Américas para discutir sobre la acción climática, están manifestando el espíritu de cooperación multilateral que todos necesitamos. Faltan menos de 60 días para la COP26. Tenemos que actuar conjuntamente, de consuno, para superar el actual estancamiento.
Muchos países de la región ya están mostrando su ambición a la hora de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero y trabajando para adaptarse a las alteraciones climáticas, incluso mientras se enfrentan a los efectos sociales y económicos de la pandemia de COVID-19.
Seguiré defendiendo que la arquitectura internacional de financiación del desarrollo debe ofrecer opciones que vinculen la acción climática con la sostenibilidad de la deuda a fin de crear puestos de trabajo y aliviar las dificultades de la deuda. Sepan que cuentan con el pleno apoyo del sistema de las Naciones Unidas para hacer frente a la triple amenaza del COVID-19, el cambio climático y la deuda.
En 2021, es fundamental alinear los paquetes de recuperación del COVID-19 con el objetivo de 1,5 grados de temperatura y promover la resiliencia frente a las consecuencias del cambio climático. A medida que nos acercamos a la COP26, quiero destacar tres áreas esenciales en las que debemos centrarnos. En primer lugar, debemos mantener a nuestro alcance el objetivo de 1,5 grados. En la actualidad, nos encontramos muy lejos de lograrlo.
Las promesas de alcanzar emisiones netas de valor cero para 2050 deben ir acompañadas, mucho antes de la COP26, de ambiciosas Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional con metas para 2030.
Los compromisos deben integrarse en los marcos normativos, políticos y legislativos para acelerar la transición a cero emisiones netas y el abandono de los combustibles fósiles. El uso del carbón debe ser eliminado inequívocamente a más tardar en 2030 en los países de la OECD y en el 2040 para todos los otros.
Las naciones de América Latina y el Caribe, al igual que la mayoría de los países en desarrollo, necesitan apoyo para llevar a cabo una transición hacia las energías renovables y las economías resilientes.
Una transición justa conlleva garantizar que las trabajadoras y los trabajadores de los sectores con altas emisiones de carbono y relacionados con los combustibles fósiles tengan opciones alternativas dignas, cuenten con apoyo para la reconversión profesional y dispongan de redes de protección social.
Second, we need a breakthrough on adaptation and resilience. I am calling on donors and multilateral development banks to allocate at least 50 per cent of their climate support to this end.
Adaptation continues to be the neglected half of the climate equation, with only 21 per cent of climate finance devoted to it. Developing countries already need $70 billion a year, and that figure could more than quadruple by the end of this decade.
Third, developed nations must deliver on the solidarity agenda. That means support to developing countries on vaccines, debt and liquidity, as well as climate finance. We need a credible plan for delivering on the $100 billion commitment made over a decade ago. We need it well ahead of Glasgow, to restore trust.
And we need multilateral development banks to align their portfolios with the 1.5°C goal. That means growing their adaptation portfolios, facilitating access to climate finance and being prepared to take more risk.
In closing, I commend the leadership of the countries of Latin America and the Caribbean on climate action. I count on you to send a strong signal to COP26 that we can achieve a resilient net-zero future.